EL CHULE-CHULE:
Paseaba con mi padre por el borde del maizal, en la chacra de mi tío abuelo, “López”.
La terminante orden era: “no ingresen al maizal, es muy peligroso, ya que se pueden perder y no regresar jamás!!!”.
Y por supuesto escuchábamos con gran atención, todas las historias, referidos a personas perdidas, dentro de algún maizal, que cuando no volvían, por las noches se escuchaban sus terribles lamentos…….
En alguna parte del recorrido, vemos a López, acompañado por su perro preferido, un “puro perro”, esos de raza indefinida, petizo, fornido, de tez beige, feo, que por supuesto le seguía a todos lados. De pronto el tío ve dentro del maizal algo y le ordena al perro alguna acción, con la frase “chulé chulé”, tras lo cual el perro se adentra en el maizal, y ya lejos se escuchan sus fuertes ladridos. Pero como no vemos nada nuevo seguimos caminando con mi viejo, sin prestar otra atención al suceso.
Pasaron los días y nuevamente caminando con mi viejo al borde del maizal, encontramos al perro citado, caminando también por el borde, pero solo. Mi padre acordándose de aquella voz de mando, le ordena al perro “chule chule” y este rápidamente ingresa en el maizal, desapareciendo rápidamente…….Nosotros seguimos caminando, porque el perro desapareció.
Al medio día la tía Magdalena llama a almorzar. Ese día había cocinado dos gallinas en puchero. Mientras comíamos el abuelo dice “no se que le pasó a éste perro, hoy se apareció trayendo del maizal del cogote a dos gallinas, que andaban picoteando por allí”.
Luego de un rato mi padre le pregunta a “López”: ”que le ordena al perro con el chule chule?”, responde éste: “ah es una orden para que el perro me saque las vacas que se meten en el maizal…..”, siguió un largo silencio.
Bueno, ese día no había vacas en el maizal, pero si gallinas!!!!!
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