Mi abuelo Juan era
policía en la ciudad de Buenos Aires. El trabajo lo consiguió por
recomendación de las monjitas que vivían al frente de la casa de mi
abuela María, su esposa y madre de sus 4 hijos vivos, la quinta
había fallecido de niña.
Yo a mi abuelo Juan no lo
conocí, él murió antes de nacer yo.
Mis abuelos y sus hijos vivían
en el barrio de Caballito, famoso por sus hombres muy guapos!!!, el
nombre parece ser que nació porque en la pulpería y salón de
bailes mas famoso del lugar, poseía de veleta un caballito pintado
de blanco.
Era muy común que cada dos o
tres esquinas de los barrios había un policía de consigna, esto
daba por resultado que éste conociera a todos los vecinos y a muchos
de los transeúntes ocasionales.
Periódicamente pasaba el carro
policial de la correspondiente seccional, donde iba el oficial de
calle, para obtener las novedades de sus subalternos y controlar que
las consignas estuviesen en su lugar físico, con la vestimenta
correcta, y en posición de vigilancia. Estos controles eran
estrictos, siendo una falta grave el que los controlados estuviesen
fumando. Y mi abuelo era un fumador empedernido.
Cierto día estando fumando
Juan, no se percató que ya tenía frente suyo al oficial de calle,
instintivamente colocó su mano derecha, donde tenía el cigarrillo
prendido, dentro del bolsillo del pantalón, el reglamentario,
apagando el mismo contra el forro del bolsillo, con lo que allí se
hizo un importante agujero.
Por la noche al regresar a su
casa le “ordenó” a su esposa que revise todo el uniforme y si
había algo mal que lo solucione, pero sin decirle nada del agujero
en el bolsillo de su pantalón.
María revisó toda la ropa
pero exteriormente, retocó unos botones que parecían que se
encontraban al borde de desprenderse, lavó la ropa y luego la
planchó.
Al día siguiente de regreso,
el abuelo increpando dolorosamente a María, le dice que por su culpa
de no haber reparado el famoso agujero, por el había perdido todo su
sueldo, recién cobrado!!!!
Digamos, que entonces, la
abuela María estuvo unos cuantos días castigada!!!, y además de
tener que arreglar el pantalón, estuvo todo el siguiente mes sin
dinero para los gastos del hogar, debiendo apelar a parientes,
comprar fiado, etc.
Nunca supo que sucedió
verdaderamente con el sueldo, pero seguro que por ese agujero el
dinero no se perdió……..seguramente que fue gastado en alguna
partida perdida……
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