“Labruna”,
así era conocido un ex compañero de trabajo, en “La Nena”. Un
hombre de unos 45 años, soltero, simple, tranquilo, no ostentoso,
que ayudaba a todos los que lo necesitaban, que enseñaba, pero lo
más importante, que protegía, a los nuevos en nuestro trabajo.
Estábamos
reunidos, post trabajo, preparándonos para retirarnos, cuando otro
compañero, le pregunta, “Che, Labruna, hace unos días que estas
raro, silencioso, meditabundo…….te pasa algo?”.
Respuesta:
“No, me estoy mentalizando y preparando, pues creo que me ha
llegado el momento de casarme y tener una familia”.
Gran
sorpresa, ya que al amigo “Labruna” no se le conocían novias ni
parejas. Empezaron las preguntas, pero ninguna respuesta. Así
pasaron lo días, hasta que intempestivamente, el citado pidió 20
días de licencia por vacaciones. No pre-establecidas, o sea no
reservadas con anticipación. Y sin decir nada, se fue de licencia.
Apareció
al finalizar su período vacacional, pedido, acompañado por una
mujer joven, muy educada, con amable presencia, y muy bonita. Y la
presentó: “Es mi esposa…….”.
Luego
de la sorpresa, y pasado algunos días, la “tropa” quiso saber
los pormenores, donde la había conocido, cuanto hacia que era su
novia, donde se había casado, más un montón de otras preguntas,
imaginables, relacionadas con la situación. Cómo era costumbre en
esa época, se realizó una colecta que se entregó, unos cuantos
días después, en contraposición con otras “normales”, que
sabiendo del tema con anticipación, se daban antes del
acontecimiento a producirse.
La
respuesta principal, la casi única que otorgó, fue “Me fui a un
pueblito de la provincia de Entre Ríos, y elegí a mi futura esposa,
di el mote, me casé, y la traje a mi casa…..”
Y
que familia formó, con unos cuantos hijos, todos estudiantes,
extraordinaria.
Grandioso,
“Labruna” !!!!
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