miércoles, 20 de septiembre de 2017

UN PLATO DE COMIDA


Contaba mi mamá ésta historia de los años de su niñez (tal vez 1924).

Ella vivía en la zona de Caballito, ciudad de Bs. As. En una casa conventillo de la época, junto con sus padres y sus tres hermanos.

Estaba ella jugando en el largo pasillo tipo galería, que corría paralelo a las inmensas habitaciones, dormitorios y/o comedores, según la ocasión. La puerta de calle estaba abierta.

Un hombre se detiene frente a la puerta abierta y le habla a mi mamá: “Está tu padre?”, ella se asusta y sale corriendo hacia el fondo, donde estaba la cocina, y su papá, empezando a comer, previo concurrir a su trabajo, era policía.

El padre ve la escena, y le dice autoritariamente a su hija :”Vaya y pregunte que quiere ese hombre?”, va mi mamá y vuelve diciendo: “El señor dice que tiene hambre y si le puede dar un plato de comida!!!”. “Dígale que entre”, fue su respuesta.

Se acercó el desconocido hasta la comida y mi abuelo lo invita a sentarse a la mesa y le dice:”Solamente le puedo ofrecer un plato de sopa, es lo único que hay para almorzar hoy!!!”. “Si Señor, gracias muy amable, tengo mucho hambre!!!”.

Mi abuela le alcanza al invitado un plato de caliente sopa de verduras con algunos fideos, y mi abuelo, al que nunca conocí, le da un pedazo de su pan.

Toma toda la sopa y agradece, el desconocido. Se levanta y pide permiso para retirarse. “Espere”, mi abuelo, tómese y comparta este único vaso de vino conmigo”…..

“No Señor, es suficiente con su excelente y caliente plato de sopa, para saciar mi hambre!!!, el vino no es una necesidad para mi, y tampoco quiero, si lo acepto, faltar a mi pedido, muchas gracias, y adiós…..”

Según mi mamá nunca lo volvieron a ver, pero la anédocta siempre quedó en el corazón de mi madre, que pacientemente y sabiamente siempre me la repetía!!!

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