domingo, 31 de diciembre de 2017
domingo, 24 de diciembre de 2017
DÉCADA DE 1950/1960: PREPARATIVOS Y FIESTAS FIN DE AÑO.
Nuestra familia era para esa época de 15 integrantes. La cabeza mi abuela María (1895), sus cuatro hijos con sus esposos/as y los restantes sus nietos. Se integraban una hermana de mi abuela, Carmen, su esposo, una hija y su familia. En total unas 21 personas, que concurríamos el 24 y 25, Navidad, y el 31 y 1, año nuevo. A veces para el 25 y/o 1ro. Se acoplaban algunos otros familiares y/o conocidos.
Eran tiempos de “escuchar radio”, ir los miércoles o jueves al cine, los domingos a la cancha de fútbol y almorzar tallarines, si los mayores hablaban de algún embarazo los chicos debíamos salir de la habitación, se hablaba de política hasta que “ambos” bandos, de esa época, se trenzaban en dura lucha, se jugaba a la lotería de cartones por las noches, o al truco luego de los almuerzos, nadie tenía auto, los chicos jugábamos en la vereda (Caballito, ciudad de Buenos Aires), varones por un lado, nenas por el otro, y hasta a veces un partidito de fútbol usando la calle como cancha……….
Un mes antes de las fiestas empezaban los preparativos:
1-La discusión de la marca de sidra.
2-Mi tío Charo que se encargaba del lechón.
3-Mi papá del vino, siempre Canciller, el de las medallitas colgantes.
4-Mi tío Rubén del hielo, del turno en la panadería para cocinar el lechón.
5-Mi tía Elena de los turrones, manises, chocolates, pasas e higos.
6-Mi tío Cacho, bancario, de poner el capital.
7-Mi tía Elena de hacer la larga cola en algún establecimiento tradicional para comprar el “pan dulce”.
8-Alguien de conseguir los paños de lona para tapear la larga galería donde se armaban las mesas. Por el sol y calor o por el viento y las lluvias que tocaran para esos días.
9-Llevar a los más chicos a las grandes tiendas del centro para ver a Papá Noel, generalmente Gath y Chaves.
10-Mi vieja se encargaba de los pollos. Reservar cuatro de campo, bien criados al maíz (en Villa Bosch). Ir a buscarlos, presenciar su muerte y desplume y luego todo un día para su horneada (Aurora a kerosene, un pollo por vez…..)
11-Mi tía Elena, se ocupaba días antes del matambre, compra de la carne y cocinada en su casa.
12-Mi tía Lula, del pan para la cena de la noche y el almuerzo del día siguiente, y algo para los que antes de volver a su casa picaban por la tardecita.
Y así se iba todo el mes de diciembre, desde el fin del colegio, mes que parecía el más largo del año, que de por si era larguisimo, era una época donde el reloj parecía ir mucho mas lerdo que en los tiempos actuales.
Mi Tarea: Yo, Rodolfo (1945) el mayor de los nietos, luego del fin de las clases, me instalaba en la casa de la abuela María, y me transformaba en el “mandadero” oficial. Era una década donde no había supermercados, ni chicos ni grandes, solamente negocios barriales, cerca de la casa, el almacén a media cuadra, la carnicería casi llegando a la esquina, la carboneria a la vuelta, allí nomas la verduleria y frutería, y en una casa, misteriosa, el quinielero……
Y según se achicaban los días, mi abuela me enviaba a realizar los convenientes “encargos”, ella era la encargada del menú final, y tenía todo grabado en su cerebro y su esquema en tiempo, igual. O sea que tenía una agenda en su bocho!!!!. Y para que yo no me equivoque me anotaba en papelitos lo que debía pedir. En la carnicería tanto de seso, en la carboneria tanto de carbon, en la verdulera tanto de tomate y lechuga, en el almacén tanto de manteca y harina…….(se dejaba encargado, y se informaba que día se retiraba).
Los Regalitos para el árbol de Navidad. Eran tradición esos regalitos, que se amontonaban al pie del luminoso arbolito (velitas de colores prendidas……..cuidado con el incendio, aunque mi tío Rubén era bombero de la Federal…) y tan repetitivos que nadie le enviaba la tradicional cartita al Papá Noel, pares de medias y pañuelos de bolsillos para los hombres; peinetas, perfumes y pañuelos para el cabello para las mujeres, el pantalón de franela para mi (mi mamá compraba la tela y mi tía Elena lo cortaba y cosía (era pantalonera)), y los juguetes de la “Fundación” para los más chicos (pelotas de goma, revólveres de cebita, muñecas campesinas, etc.).
Los regalitos se parecían al menú, siempre los mismos. Por la noche el pollo, el matambre, la ensalada rusa, la ensalada de frutas, el vino canciller, la sidra etiqueta negra…...y al medio día siguiente los ravioles, que tuvieron ocupada a mi abuela María los últimos tres días…….
FELIZ NAVIDAD Y AÑO NUEVO !!!!!!!
jueves, 14 de diciembre de 2017
1923/24 CIVILIZACIÓN O BARBARIE
Mi mamá, sus padres y hermanos, vivían en una casa, tipo
conventillo, en Caballito, ciudad de Buenos Aires. Era una familia,
solamente, un poco menos, que pobres.
Mi abuelo, Juan, al que no conocí, era policía. Mi abuela, María,
en cuya casa pasé mucho tiempo de mi infancia, era la típica ama de
casa de la época, callada y obediente. Sus hijos, o sea mis tíos,
cuatro hermanos. Mi mamá, la segunda cronológicamente, a la época
año 1923 o 1924, de ésta mini historia.
Mamá era una persona que mentalmente estaba preparada para el
estudio, y lo deseaba, no pensaba en una universidad, pero si en
terminar el primario y en hacer algo más. Le gustaba la declamación,
la poesía, escribir, conocer. Era fanática de las ritmas de
Bécquer. Tengo un libro de ellas, donde en una pagina escribió una
de sus poesías. En total quedaron una docena de ellas. Dos tuvieron
menciones en distinguidas sociedades, de las cuales me han quedado
notificaciones. Su última fue un reconocimiento a nuestros héroes
de la guerra de Malvinas.
Su papá, como hombre de la época, estaba almorzando solo, en la
cocina de su casa. Su esposa parada al costado de la cocina
económica, de ladrillos y hierro, donde prendía la carbonilla, que
desechaba el ferrocarril del Oeste, esperaba pacientemente, cualquier
indicación masculina. Ese día mi abuelo tenía una sopa con fideos,
un trozo de pan y un vaso de vino, para su almuerzo. Sobre la mesa un
diario de la época.
Termina su comida, mi abuelo, y mientras degustaba su vaso de vino,
llama a la “Porota”, (Elvira Elsa), luego mi mamá. Silencio en
la casa, pues todo suponía que ante tal llamado, algo iba a pasar.
Se notaria la tensión de ese acto en toda la familia.
Se acerca la “Porota”, con mucho temor. Su padre señalandole el
diario, le dice “A ver Usted, agarre ese diario, y lea lo que allí
dice !!!”. Con miedo, tomó el diario, y empezó a leer las
noticias entrecortadamente. Estaba en el segundo año de la primaria
(primero superior en esos años). “Bueno basta, está bien, ahora
tome este papel y este lápiz, y escriba su nombre, el de su mamá y
el de sus hermanos”. La niña hizo lo que se le pidió y con un
pulso acorde a su edad, escribió todos los nombres pedidos.
En ese momento sintió un orgullo tremendo, porque no era un reto lo
que estaba recibiendo, sino un reconocimiento a su gran empeño por
estudiar y aprender todo lo que la escuela, su gran anhelo, le
impartía. Pero…….“Muy bien, Usted ya sabe leer y escribir,
desde mañana no va más a la escuela !!!!!!!”.
Mi mamá se caso a los 26 años, luego de terminar la primaria…...
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