Fue compañero mio hasta que se jubiló. Luego le perdí el rastro. Mientras compartimos un montón de días de trabajo, me regaló miles de historias, todas muy creíbles y apasionantes. Por tal motivo, no solamente yo sino los otros compañeros de trabajo, las escuchábamos con mucha atención. Y también lo incitábamos a que nos regale sus aventuras.
Anduvo por el sur de nuestro país midiendo mareas, fue marinero, estuvo en la selva brasileña, trabajó de muchas cosas, hasta que un día ingresó como cajero en la empresa nacional donde todos nosotros trabajábamos y nos conocimos. Luego por cuestiones monetarias pasó a desempeñarse cómo inspector de seguros de autos. Autos, no era su fuerte, pero se dio el lujo de tener un autito, un citroen 3CV, color "patito",
Su casa quedaba en un caprichoso triángulo que formaba la calle del fondo con la avenida "Gauna", cómo el llamaba a la avenida Gaona, en algún lugar del oeste.
Solía hacer sus compras en "Casa Pepa", cómo el llamaba a la real "tía", y siempre tenía una anecdota de sus compras, me imagino para horror de las cajeras. Pero siempre compraba cosas buenas, de marca. Pero en carnes era un fiel seguidor del "peceto", todas las semanas se cruzaba la calle, ya que frente a nuestras oficinas, había un mercadito, y allí una buena carnicería donde hacia sus especiales pedidos.
Podría contar miles de anecdotas, donde Mario fue el protagonista, algunas vividas en vivo por todos nosotros y muchas las de sus aventuras.
Era un gran hacedor de alias, o sea que tenía la virtud de darle a todos sus conocidos un alias específico, y los ponía con gran acierto, ya que ellos tenías una relación real con el nombrado. Así apareció "Merluza", porque movía los ojos como los peces, "Termita", porque siempre comía las miguitas de todo postre que por allí aparecía, "Finucho", por la cara despellejada, "Viuti", porque su figura era igual a los dibujos del artista, "Zapallo", por la cabeza grande y hueca?, "Sifón", porque lo cargaban por la cabeza, "Uno y medio", porque tenía media pierna menos, pero Mario, nos ganaba a todos, tenía miles de alias, "El Brasileno", "El Marinero", "Popeye", "Macoco", "Machucho", etc., todos reflejaban un estado o un acontecimiento en su vida, pero el último conocido, fue genial:
Estábamos en la oficina, todos los empleados, y por supuesto Mario. Sonó el teléfono "Mario, teléfono....", era de su casa, habló un rato y cómo estaba su única nieta (5 años) en su casa, la hacen hablar con el abuelo......."Hola, habla Mario........", no hay respuesta,.................Hola M......, soy yo.............el abuelo........Mario..........." nada. Todos en silencio estábamos esperando algo, sabíamos que algo iba a suceder. Mario, se dobló sobre la mesita que portaba el aparato telefónico, giro hacia la pared, se puso una mano tapándose su boca, y en vos bajita dijo "M..........soy yo "el nono"............" se escucho un murmullo aprobador en la sala de trabajo..........ya estaba el nuevo y último seudónimo en uso!!!!!!!!. No se cómo siguió la conversación, pero cuando colgó el tubo, se dio vuelta y previo saludarnos acordándose de varios familiares, dijo "Seguro que escucharon......." . SI NONO !!!!!!!!!, y así nació y le quedó el que fue su último alias previo su jubilación.
Mario Turano, un gran personaje.
Saludos
Rodolfo
sábado, 24 de septiembre de 2011
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