domingo, 26 de diciembre de 2010

ROMANCE DEL "MARTÍN FIERRO" En su centenario por Carlos Rodriguez Abad.

Hace un siglo apareció
esta joya popular,
que recrea con acierto
y conocimiento cabal,
la vida entera del hombre
que, primero, fue paisano,
pero que a fuerza de huir,
se convirtió en un matrero;
gaucho malo y pendenciero:
culpa de la sociedad.

Es verdad bien conocida
que, en aquellos viejos tiempos,
los sotretas eran pavos,
los malos andaban sueltos
y todo aquel que era bravo,
y contra el mandón se alzaba,
se veía, de inmediato,
perseguido y maltratado.

Lo que Hernández había visto
y palpado en las estancias,
le hizo pensar muchas veces
por qué habría de ocurrir,
y andando por mil caminos
y conociendo cien pagos,
obtuvo al fin la respuesta
que en su libro nos ha dado.

Desde entonces, los paisanos
supieron a qué atenerse,
y el más leído de ellos
les solía relatar:
No ha mucho que un paisano,
de muy claro entendimiento,
mostraba su descontento
con su destino y lugar;
pero que al fin desahuciado,
se cansó de soportar.

Eran épocas terribles
(no hay duda de que lo fueran),
por eso, Martín pelea,
y cuando logra su intento
y hace de pronto un amigo,
se alejan rumbo al desierto
para el pellejo salvar.

Pasan muchos sinsabores,
mas sus almas aceradas
soportan todas las penas,
y viven entre la indiada.
¡Cuántos beneficios deja
leer la obra lograda
de este la primera parte
que "Martín Fierro" se llama!

Los paisanos escuchaban,
tomando debida nota,
que es inútil forcejear
cuando es pobre el que retoza.
Sin embargo, gran escuela
logra hacer el paisaje,
y entre un mate y otro mate,
en la lectura se aferra,
pues el instinto le indica
que su suerte ha de cambiar.

Así el poema recorre,
como obra de abrevaje,
todos aquellos lugares
donde el gauchaje se mece;
y ya es tan conocido
que hasta los hijos del gaucho,
le dicen al gaucho padre
que el "Martín Fierro" les cuente.

¡Qué entusiasmo, que contento
esparce Fierro, tremendo,
que hazañas increíbles!
Y comentan los fogones
todo el encanto que encierra.
Y por si ello fuera poco,
intuyese que ya viene
esa su segunda parte
con el nombre que ya tiene:
"La vuelta de Martín Fierro".

Es hermosa la leyenda,
de este gaucho que, en el Plata,
a poco de dar la vuelta,
nos conmueve y nos exalta.
Son tan sabias sus razones,
tan exactas sus palabras,
que sólo el hombre maduro,
después de larga experiencia,
es capaz de hablar así,
hilando consejas regias.

He aquí el gaucho bueno,
liberado de sus luchas,
cuenta sus cuitas y llora
al hallarse con los suyos;
pues la cosa más linda
volver de nuevo al terruño.
Y su semblante es distinto,
distinta su propia voz.
Trasunta su propio cuerpo
lo doliente de su alma.

Y es así como desfilan,
en esta segunda parte,
los refranes, las historias,
que llevan las enseñanzas,
no solamente a los gauchos,
también a los de levita;
para que sepan y emulen
al noble gaucho y su sino,
que por la gracia de Hernández,
"Martín Fierro" es argentino.-

Bs. As., 16 de septiembre de 1972.-


Dedicado  " Para mi estimado Rodolfo y Sra. Recuerdo de Carlos R. Abad, 03/01/1973 ".

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