domingo, 13 de marzo de 2011

VACACIONES EN BAHÍA SAN BLAS BS. AS.

Salimos con Leticia en auto el domingo 6 de marzo a las 8 hrs y llegamos a San Blas a las 20.30 hrs. El regreso fue el viernes siguiente hasta Sierra de la Ventana, donde hicimos noche y el sábado 12 el regreso a casa.
En total realizamos un recorrido de 2025 kilómetros. Tanto en San Blas cómo en Ventana estuvimos en campings, en carpa. Tuvimos un tiempo muy bueno, totalmente de playa, con temperaturas un poco elevadas para mi gusto, la térmica llegó hasta los 34 grados.  Las noches fueron calurosas también, haciendo innecesario el uso de las bolsas de dormir. La pesca no embarcada, un fracaso, no solamente para nosotros sino para los buenos pescadores, en todos estos días solamente vi al costado de las cañas una pequeña corvina de unos 3 kilos y un buen pejerrey de un poco menos del kilo, pero nada más, y tampoco nada para entretenerse, cuando le  comen la carnada sin picar, por ejemplo. Pero el mar estaba bárbaro, limpio y sin aguas vivas, lo que junto con el calor alto, invitaba a unos buenos baños, cosa que se notaba sencillamente viendo la cantidad de felices bañistas,  que se contradecía con las caras largas y malhumoradas de los no tan felices pescadores........cosas del mar, de la luna, de las mareas....................o de la terrible depredación existente desde hace muchos años, en permitir la pesca embarcada, sin límite de piezas extraídas. Ahora tenían mucho éxito las excursiones de pesca embarcada para la "depredación" del pejerrey, que salia como dijo un pescador (?) hasta sin encarnar los anzuelos, en los pozones o canales cercanos a la isla situada enfrente del embarcadero. Cada pescador volvía con un tacho lleno de pejerreyes de gran porte (entre 25 y 40 piezas) que hacían filetear y congelar por la oferta existente en el embarcadero, o sea que ni siquiera se limpian ellos mismo el pescado sacado. Las autoridades deberían condicionar la cantidad de piezas a extraer diarias, cobrar el correspondiente permiso, habilitar a la Prefectura a realizar los controles, de no haber otro organismo competente, o crear uno, etc......principalmente teniendo en cuenta que toda la zona del  mar es una reserva provincial !!!!!
En bahía San Blas estuvimos en el camping "El Treböl" y la noche en  Sierra de la Ventana en el camping "El Paraíso", ambos dentro de mis preferidos, no solamente por sus instalaciones sino porque sus administradores son personas excelentes, que cuidan la convivencia general entre los que eligen sus instalaciones. Un pequeño tirón de orejas para José de El Treból, por no terminar los baños nuevos y tratar de sostener un poco mejor la arbolada del lugar, de por sí muy dificil luego de pasar los tres años anteriores a éste último por grandes sequias, y este año con merma de clientes, por no estar bien el famoso pesquero.
El jueves por la noche se vino una fuerte tormenta en San Blas, lo que adelantó nuestro regreso en un día, pero pensabamos tener mejor suerte con el tiempo en Ventana y quedarnos allí dos noches, pero no pudo ser ya que el sábado por la madrugada empezó a llover fuerte, luego de una noche muy linda y estrellada, por lo que decidimos regresar.
La pasamos excelente, disfrutamos del mar y de las sierras y si disponen de un auto para realizar ésta excursión tómenla, que a pesar de la distancia a recorrer, vale la pena. Simplemente hay que "aguantar" el viento de la patagónia, que suele ser fuerte (esta vuelta estuvo calmo) y los 60 kilómetros de la entrada a Bahía San Blas que son de tierra, arena y ripio, que suele tener mucho serrucho y ponerse muy complicado si llueve mucho, en esté paseo el camino estuvo muy bueno, principalmente la vuelta, luego de la lluvia de la noche anterior. En total gastamos $ 1700.-, siendo lo más caro la nafta para el viaje (170 litros,
unos $ 850.-), este costo comparado con la mitad de un alquiler (solamente) para una quincena, en la costa bonaerense, es muy bueno, lo que me lleva a pensar que solamente hay que tener a mano un buen auto, para poder disfrutar de éste hermoso paseo (barato).

Saludos, Rodolfo

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