viernes, 17 de febrero de 2017

ABUELA MARÍA Y EL CACHAFAS (1957)




                                               Abuela María en 1971.



Para el año 1957, andaba yo por los 12 (1945) años de edad y mi abuela María por los 62 años (1895).
Para casi todos los veranos de mi infancia los pasaba en su casa. Vivía en el barrio de Caballito, ciudad de Buenos Aires. Calle San Eduardo, entre Parral y Colpayo.
Un día de ese verano veníamos caminando juntos por Parral, hacia las vías del Sarmiento, y cuando doblamos por San Eduardo, por las veredas del “reformatorio para señoritas de bien”, como ella nombraba al colegio de las monjas, allí existente, a unos 20 metros por delante venía un hombre, ya adulto, caminando, no muy firmemente, hacia nosotros………...
Inmediatamente mi abuela, tomándome del brazo, bruscamente, me hizo cruzar hacia la vereda opuesta, apurando su paso.
Pero que pasa, cuál es el problema?, ensaye rápidamente.
Ese, ese es el Cachafas!!!! me dijo.
Y siguió apurando el paso, hasta que ingresamos a su casa, ella estaba bien nerviosa, estaba!!!!
Yo miré en nuestro “escape vigoroso”, al opuesto caminante, que, creo yo, que ni siquiera reconoció a mi abuela, no cambio su caminar, no se detuvo, no giro su cabeza……..siguió caminando y pronto se hizo invisible, al doblar por la esquina cercana.

Bueno Abuela, me querés decir, cual es el misterio con ese hombre, al que llamaste “el Cachafas”???

Ninguna respuesta.

Corrieron los días, y luego de tanto insistir, acá está su respuesta:

……..”Un día de un verano muy anterior, tal vez entre 1910 y 1913, mi abuelo Juan (al que no conocí) le dice a mi abuela, “Cámbiese, póngase los zapatos nuevos, arréglese que me va a acompañar...”, “No Juan, yo no quiero ir…..”, le contestó la abuela, sabiendo lo que se venía. Pero no hubo nada que hacer, y lo tuvo que acompañar.
Así las cosas, ya bien de noche, llegaron ambos a la pulpería El Caballito Blanco, la principal de la zona. Se sentaron en una mesa, agua para la María, grapa para Juan.
“Yo me voy a parar, cuando se quede sola y el Cachafas la venga a sacar para bailar, Ud. va”. Dice Juan.
“No Juan, yo me quiero ir, llevame a casa….”
Nada, Juan se levantó y se fue, y vino el Cachafas, y tuvo que salir a bailar.

El duelo, de dos guapos, a cuchillo, esos que en esa época, se montaban al cinto, fue en los fondos de la pulpería. Era lo que quería Juan, una firme escusa para batirse con su enemigo, tal vez para ver quien dominaba en el barrio.

La abuela se quedó en el salón, hasta que volvió Juan, sano y salvo.
El Cachafas nunca más se atrevió con mi abuela María.

La cicatriz en la cara del Cachafas, quien se la habrá hecho?.

Y muchos años después, los recuerdos todavía seguían………….y ellos se fueron y se llevaron toda su historia, la completa, la verdadera, junto con su privacidad!!!!



jueves, 16 de febrero de 2017

CORTA VISITA AL DIQUE SAN FELIPE -SAN LUIS

Hoy 15 de febrero del 2017 hicimos una visita al dique San Felipe, prov. de San Luis.
El día se presentaba muy soleado, con una brisa leve, en los sectores a los que recurrimos vimos poca gente, unos 6 vehículos. Llegamos cerca de las 13 horas y nos retiramos a las 16:30 hrs.
Nuestra visita fue simplemente para realizar una visita previa, rápida, para ver las posibilidades del lugar.
Ingresamos desde la autopista 55 por la localidad de Naschel, y a pesar de que nuestro GPS indicaba una parte de ruta pavimentada y otra de ripio,  en definitiva todo el camino es pavimentado, que se encuentra en buen estado, bastante bien marcado y señalizado, solamente las banquinas están desprolijas, con mucha vegetación, que en algunas partes ya está tomando el asfalto.
Ingresamos a la villa Dique San Felipe, con pocas viviendas y casi nadie visible, tal vez por las horas de la concurrencia, el lugar no se ve turístico, observándose algunas viviendas mal conservadas.
La ruta se vuelve angosta durante el recorrido por la villa, pasando por un lugar para picnic, muy chico, con arboleda y parrillas, y enfrente, un edificio sanitario, con pileta y canilla en el exterior, el camino termina en una muy pequeña rotonda, sobre la pared exterior del murallón del dique, que denota un típico dique de llanura, siguiendo por el camino muy sinuoso, se pasa por el canal de desagüe del dique, con orillas no transitables, y luego por un vado, seguramente él cause original del río que se embalsa, todo bastante destruido por fuertes correntadas y erosión, luego el camino continúa normal, pavimentado en las mismas condiciones que el anterior, hasta la localidad de Renca, luego se continúa por muy buena ruta, tipo autovía, hasta la localidad de Tilisarao. Durante una corta recorrida por Renca, se pudo observar en su costanera, un interesante recreo, camping (no se si de día o para pernote), con característico ingreso por arco, con ventanillas, posiblemente de vigilancia y/o cobro de ingreso. Posee un piletón sobre el mismo río, con pequeño dique de contención. El lugar me gustó, tanto como para realizar una excursión más prolongada.
Sobre la margen del lago San Felipe, no se observan lugares turísticos como para pasar el día con comodidad, se observó un solo lugar, privado (creo), pero no se pudo ingresar, por estar cerrada la puerta de ingreso. Hacia el sur existen muchas entradas hacia la costa del lago, todas de índole precaria, y formadas por huellas de vehículos. Solamente un sector, adyacente al lugar privado, tiene sombra, todos los demás no poseen protección solar. No existen sanitarios ni canillas para agua potable.
Todos los lugares están "sembrados" de residuos, muchos de los típicos "post asados", y muchas botellas vacías de plástico. Acá nos toca pensar, que la basura es principalmente un problema del que las produce, y que también denota que no existe en el lugar un servicio de recolección. Pero los concurrentes deberían retirar todos sus residuos.
Evidentemente el lugar es un sitio solamente para pescadores, no turístico.
De los pocos visitantes vistos, se pudo observar que la mayoría estaba pescando, pero también bañándose en el lago, que a simple vista presenta un agua clara y limpia, no poseyendo olores desagradables. Otro grupo se encontraba descansando rodeado de muy buenas chatas y de cuatriciclos, seguramente al bajar la temperatura practicarían sus destrezas sobre la playa arenosa y muy amplia del sur del espejo, rodeada de algunas interesantes subidas, aunque algunas bastante rocosas. Eso si en todo el contorno de la laguna había mucho ganado, vacuno y caballar, pastando y que cada tanto se adentraban en el agua para beber.
La conclusión es que tendría que ser un interesante y concurrido lugar turístico y de esparcimiento, para lo cual deberían construirse mejores bajadas al espejo, cartelería, recolección de residuos y sanitarios y acceso al agua potable.