domingo, 5 de octubre de 2014

YO FUI UN “SUPERVISOR”.........QUE ES SER SUPERVISOR?

Simplemente un supervisor en la argentina es alguien a quien un jerárquico superior necesita, sin que le importe su capacidad , y sin que este se de cuenta de lo que realmente debe hacer. Al jerárquico le interesa que “su” supervisor sea un dependiente de su poder y al supervisor le interesa estar sentado en su escritorio, hablar mucho (de cualquier cosa o repitiendo lo que su amo necesita), cobrar mejor sueldo, no preocuparse por su ignorancia y ocuparse de rodearse de un grupo prioritario de sumisos y menos entendidos que él. Todo esto para sobrevivir dentro de la organización con los mejores resultados “visibles” y poder perdurar en su nuevo puesto. Estos son los “normales”, pero también están los que han aprendido su oficio, los que saben de que se trata el trabajo, de cual es su nueva obligación, de que se trata el trabajo duro, de dar el ejemplo, etc., estos son los menos y por supuesto los que mas son atacados en el sistema. Cómo dijo un amigo del capitán Cooper, en un ya longevo libro de ciencia ficción: “Los hombres se unen para atacar a los que son diferentes”.

En los programas de estudios de la escuela secundaria, allá en el tiempo pasado, entre otras cosas se estudiaba, Relaciones Humanas. El libro de Trotta/Cristoforetti era un clásico en las aulas. Para estos autores la supervisión es considerada un método de enseñanza y un proceso de las técnicas de administración. Es una visión global o de conjunto de las situaciones y problemas que se plantean en una sociedad, empresa o grupo de trabajo. Es mirar u observar desde lo “alto” para obtener los mejores resultados grupales. Dicen que para obtener la mejor precisión de los trabajos ejecutados por el grupo es indispensable la personalidad del supervisor.

Un supervisor debe tener rango, autoridad y responsabilidad y mucha personalidad. Las condiciones sicológicas son fundamentales para poder realizar sus funciones con eficiencia. El éxito de un supervisor es lograr su mejor prestigio. Un buen supervisor debe dedicarse a dirigir y conducir al grupo de trabajo.

Yo siempre trate de ser  un supervisor democrático, pero con tendencias institucionales, nunca fui un supervisor dictatorial. Pero reconozco que para poder actuar en nuestro ancestral mercado, muchas veces, he tenido que ser un supervisor intrigante, o un supervisor “padre”.

Mi mejor actuación siempre fue la de supervisor educador, y proclive a mi desarrollo y al desarrollo del grupo. También para mi fue importante la relación individual y personal, con cada dirigido que lo necesitase, ayudándolos permanentemente, dentro de mis posibilidades laborales.

El fin a obtener es hacer funcionar el equipo con las directivas dadas. Cómo muchas veces las ordenes dadas, en el llamado sistema de comunicación empresarial, que quieren ser horizontales, pero siempre terminan siendo descendentes, eran propias del sistema ancestral de mando perdurable, mi obligación ? cómo líder era cambiarlas a mi forma de ver nuestro trabajo, pera mejorar todas las situaciones pedidas, para que sean menor perturbadoras para el personal, siendo esto una tarea difícil, ya que no es fácil hacer que se cumplan las ordenes superiores y que el personal las acepte naturalmente. Eso me valió el mote de “ni”.

El “ni” yo lo empleaba mucho en las comunicaciones, el famoso correo o mail actual, ese que dice que para dar una orden al empleado que se encuentra a dos metros de tu escritorio, no se le habla sino que se le envía uno. Los escribía de forma de salvar mi honor de supervisor, las ordenes recibidas y la personalidad del recibidor.

En fin, en los trabajos se hacen muchas reuniones, reuniones de trabajo o cursos para capacitar, pensar que esta capacitación ya se daba en nuestros colegios hace muchos años.